Curiosamente.

Mientras más practico, más suerte tengo.

En días pasados platicando sobre las distintas experiencias y casos de marketing que nos ha tocado resolver, algunos de ellos tuvieron resultados y coincidencias que se hicieron parte de la historia de nuestra agencia de publicidad y sin duda, de la historia de nuestra ciudad. Aprovechando que Mexicali cumple 114 años de su fundación les narraré tres o cuatro historias de ellas.

Me remonto a los primeros cinco años de los ochentas, recién había abierto mi agencia de publicidad. Uno de mis clientes en aquel entonces era Goodyear, empresa dedicada a la venta de llantas y servicios de taller relacionados con el tema, en dónde atendí a Mario Hernández Gavilondo –Marito para muchos que tuvimos el gusto y placer de conocerlo, el hijo menor de Don Mario Hernández Maytorena, exitoso empresario y presidente del club de béisbol profesional Águilas de Mexicali.

Una tarde habla Marito y me dice: “Nos quiere ver Don Mario”… y nos hicimos parte de la historia. 

En una de la reuniones de trabajo que tuvimos en Goodyear, me dice Mario, “Me acaba de hablar Don Mario, nos quiere ver”. Como siempre, había nervios de ir con el papá de Mario, era un reto estar a un lado de tan exitoso personaje de negocios de la ciudad, donde las improvisaciones para responderle algo no funcionaban, valía más ir bien preparado. Nos recibió en sus oficinas y expuso su idea de contar con una mascota, que animara y apoyara al equipo, tal como el Monje de los Padres de San Diego lo hacía. En ese entonces, Los Águilas estaban en una especie de reestructuración, el estadio, los uniformes, jugadores, etc. Sin duda, era muy buen momento para que el equipo tuviera su mascota oficial.

Así que manos a la obra, empezamos a investigar lo que había en el mercado en cuánto a mascotas de equipos deportivos, muchos ya contaban con una. Investigamos incluso de mascotas en equipos de ciudades con clima similar al nuestro, ya que era algo clave por considerar a la hora de diseñarla. Pues primero lo primero, Mario Jr. y un servidor comenzamos con la creación pensando en el nombre, ¿cómo se llamaría? Buscamos un nombre que fuera pegajoso, breve, sencillo y mexicano; así que las primeras opciones fueron –por qué no- Pepe, Pancho, Juanito (que ya había sido creado con motivo del mundial de futbol 1970) las cuáles claro, a nadie, ni a nosotros nos convencieron.

Continuamos trabajando contra el tiempo, hasta que una tarde en casa de Mario le dimos vuelta a algunos puntos e ideas del personaje que queríamos y pensábamos que podía prosperar. “Debe ser un águila grande y fuerte, tipo Serfín o con un perfil más juguetón, cómo el Pollo de San Diego San Diego Chicken” de conocida estación de radio (91X) presente en una gran cantidad de eventos deportivos y musicales en la ciudad de San Diego, California. Estábamos de acuerdo en qué el personaje debería ser una mezcla de los dos: un águila joven, fuerte, amable y juguetón. El primer paso ya estaba dado, qué queríamos y pensábamos que podría funcionar.

Cómo nace.

Hasta no resolver el nombre no podíamos avanzar en el diseño, aún teniendo ya algunas ideas no existía nada concreto sin tener un nombre. Teníamos poco tiempo y Don Mario, que era relativamente paciente, en este tema no lo fue. Todo el día traíamos el proyecto rebotando, ya no pensábamos en llantas ni servicio, sólo en el nombre de la mascota.

Un día desayunando con Mario, le digo: “¿Cómo te suena Aguilucho?” – Se queda pensativo, imaginando qué diría su papá. La realidad es que había un consejo que administraba al equipo, pero sabíamos que sí lo aprobaba Don Mario ya estábamos del otro lado. Mario replicó: “suena bien pero le falta un nombre o sobrenombre que rime”- Y lo completé: Lucho. ¡Eureka! Eso era todo, Lucho El Aguilucho, la propuesta de nombre para la mascota oficial.

Por estrategia para convencer primero a Don Mario y luego al Consejo, era clave llevar todo armado: diseños, nombre, uniforme, dónde fabricarlo y cuánto invertirían. Así que manos a la obra, todo mundo a chambear en la agencia en esto. Bocetamos las primeras líneas, replicamos el uniforme nuevo con detalles, cómo un estilo de gorra de beisbol cómo los piratas de Pittsburg. Tres días después fuimos a la oficina de Don Mario a mostrarle el proyecto y le encantó. No preguntó siquiera cuánto costaría, nos dio luz verde. Y así dio inició más que un trabajo, una aventura.

Puedo concluir que es una chulada trabajar al lado o con el hijo del patrón. Con los diseños en mano, buscamos quién podría confeccionar algo profesional. En Mexicali no había quién, así que Marito investigó y contactó una empresa en Beverly Hills, CA. qué se dedicada a hacer trajes de este tipo. Viajamos en el avión privado – por eso digo que es una chulada trabajar con el hijo del patrón – nada menos que ahí le hacían los trajes a Michael Jackson. 

Nos hicieron el traje (dos trajes, uno de back up), quedaron súper. No había nada igual en toda la liga.

Por fin, teníamos al personaje, su vestimenta de primer mundo, pero nos faltaba lo principal: darle vida. ¿Quién? Ramón Tamayo. Teníamos poco tiempo, la temporada estaba por iniciar. Y no cabe duda que cuándo los astros se alinean y tienes el apoyo de los cielos, todo se conecta. Visitábamos Ensenada y comiendo en un restaurante de mariscos, había un personaje que amenizaba el lugar realizando rutinas de actuación y malabarismo, en pocas palabras, un excelente mimo. Platicamos con él la idea que teníamos y aceptó. Ramón Tamayo, mimo, actor, maestro, aceptó darle vida a Lucho, el Aguilucho. Recuerdo la tarde que recibimos la botarga y Ramón se la puso y empezó a proponer las primeras rutinas. Fue excelente, no había duda que estaban hechos el uno para el otro.

La organización Águilas de Mexicali, lanzó la mascota en la apertura de la temporada de la Liga Mexicana del Pacifico, en una sorpresiva ceremonia de inauguración donde repentinamente entró al centro del diamante, un grupo de jugadores cargando un huevo gigante, que fue colocado en el montículo del pitcher y poco a poco, empezó a romperse desde adentro y a descarapelarse el cascarón del huevo, segundos más tarde nació: Lucho El Aguilucho, ante la mirada y aplauso de miles de aficionados.

Ese año quedaron campeones de la liga y campeones de la Serie del Caribe.

Curiosamente…