Muchas marcas buscan la manera amigable y humana para acercarse a sus consumidores, un “embajador de su marca”. ¿Ya tienes el tuyo?

Uno de los métodos es por medio de un personaje, pero, ¿por dónde se empieza?

¿A quién quieres llegar?

Primero que nada, debemos establecer a quién va dirigida tu marca y qué tipo de personalidad se asociará con ella. Esto es importante al momento del diseño, ya que, por poner un ejemplo, un personaje con ojos grandes y colores brillantes generalmente está asociado a una personalidad infantil y a un público joven.

Así que podrías empezar con hacerte las siguientes preguntas: ¿Mi público meta son niños, adolescentes o adultos? ¿Mi marca es divertida o formal? ¿Rígida o flexible?

Especie y personalidad

Acto seguido se establece a qué especie pertenecerá tu personaje y qué personalidad tendrá, ¿es un enérgico tigre como el Tigre Toño? ¿Es un chico audaz como Pancho Pantera? O incluso ¿es una discreta antena antropomórfica como la mascota de Axtel? Tu personaje será la acción y reflejo de tu marca, por lo tanto, al momento de su caracterización, sé congruente con el entorno en el que se desarrolla y el mensaje que transmitirá a tu público.

¡A dibujar!

Una vez que tenemos claro el punto anterior, el siguiente paso es el bocetaje y se empieza con trazar la forma del cuerpo. Se aconseja realizarlo sin limitaciones y utilizando formas geométricas. Puedes empezar a definir la pose característica de tu personaje. La combinación de forma y pose crearán una silueta con la que tu público podrá identificar rápidamente a tu personaje, incluso sin ver sus rasgos.

Ponle cara

El tercer paso es dibujar las características faciales y corporales. Entre más exagerados sean los rasgos, mayor será la asociación hacia una temática infantil, sin embargo, esta regla puede llegar a desestimarse debido a que se ha comprobado que las personas solemos rechazar a los personajes con características demasiado realistas.

¡El toque final!

El último paso sería añadirle color a tu personaje. En esta etapa se recomienda tener en cuenta la psicología del color, ya que cada tonalidad evoca diferentes emociones y significados, desde el blanco que simboliza la paz y la inocencia, hasta el negro que representa el misterio y la formalidad.

Transmitir el mensaje correcto es algo que muchas empresas buscan y aquello puede lograrse mediante la adecuada combinación de formas, rasgos y colores de un personaje, que actuará como mediador entre tu marca y tus clientes. Si quieres que tu creación conecte con tu público, es muy importante que entiendas las emociones y expresiones humanas, así que presta atención a lo que te rodea, observa detenidamente la interacción de las personas que conviven contigo, infórmate de tu entorno y deja que tu mano bosqueje libremente por el papel.